viernes, 24 de febrero de 2012

La responsabilidad en la formación de usuarios

La formación de usuarios en los centros escolares debe plantearse como cualquier otro aprendizaje, a partir de los contenidos y una programación curricular que contemple conceptos y actividades para cada uno de los niveles. La formación de los alumnos en el uso de la información –búsqueda, selección, análisis, consulta–deberá ser una responsabilidad compartida entre la biblioteca y la enseñanza en las aulas: por un lado, la programación global y progresiva de unos contenidos y los recursos para aprender conceptos y procedimientos; por el otro, estos conceptos y procedimientos aplicados a investigaciones y proyectos de una materia. Sólo así podemos conseguir que, al final de la escolaridad, los alumnos sean capaces de utilizar de manera eficaz la máxima variedad de recursos informáticos.
 El trabajo en la biblioteca solamente se entenderá como formación de usuarios cuando constituya la aplicación práctica de todo cuanto se habrá aprendido en las sesiones de formación previas, impartidas o no por el mismo profesor. Es evidente, que no resulta imprescindible que el responsable de biblioteca sea el "formador" o el profesor de esta materia, pero si el centro dispone de una biblioteca con las debidas condiciones y con un responsable con la necesaria dedicación horaria, la formación de usuarios es una de sus tareas primordiales.
CARPALLO, Bautista Antonio. La nueva alfabetización: un reto para la educación del siglo XXI: Formación de usuarios en las Bibliotecas Escolares. 
BARÓ, Mónica; MAÑÁ, Teresa (1996). Formarse para informarse. Madrid: Celeste; M.E.C.



Formación de usuarios

       En el ámbito de las bibliotecas, el término formación de usuarios se refiere a todas aquellas acciones dirigidas a enseñar a los usuarios a utilizar la biblioteca y sus recursos. La formación de usuarios se considera una de las funciones básicas de la biblioteca, y en el caso de las bibliotecas escolares, su función primordial.
          La biblioteca escolar debe concebirse, desde los primeros niveles de la escolaridad, como parte integrante del proceso educativo, dotada de recursos informativos, formativos y de ocio tanto para los docentes como para los alumnos.
          De acuerdo con el Manifiesto de la biblioteca escolar UNESCO/IFL 1 9 9 9 , las funciones que se le asignan son esenciales para la adquisición de la lectura, la escritura, las capacidades informativas y para el desarrollo de la educación, del aprendizaje y de la cultura. El término de formación de usuarios resulta quizás extraño en el ámbito escolar donde convive con otras denominaciones, algunas más parciales, pero que se refieren todas al mismo concepto: son frecuentes los términos "técnicas documentales", "habilidades documentales" o "educación documental", términos que podemos considerar sinónimos sin que afecten esencialmente a las características de contenido.
          En todos los casos se trata de enseñar a usar la información o, lo que es lo mismo, los documentos y fuentes que la contienen.
          Este cuaderno pretende ser un instrumento para facilitar esta labor en los centros educativos. En las primeras páginas se recogen los aspectos más teóricos de la formación de usuarios con el objetivo de clarificar conceptos y términos; en una segunda parte, se presenta un modelo de programación desde 0 a 12 años con actividades y ejercicios para los distintos contenidos.
          Se trata simplemente de una propuesta que puede –y debe– generar otras adaptaciones a las diversas necesidades de los alumnos –sus proyectos de trabajo– y las posibilidades de las bibliotecas de los centros –sus recursos humanos y materiales–

BARÓ, M.; MAÑÀ, T. "El uso de la información: pautas de programación para la formación del usuario de                                    la biblioteca escolar". En: Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura, 1, p. 131-137